domingo, 6 de diciembre de 2015

Mural en el CEIP María Montessori

El año pasado me comprometí a hacer un mural en el colegio de mis hijos,
para adornar un pasillo que se veía demasiado blanco, aquí muestro el proceso.
Lo primero fue ir a tomar medidas, 19 metros no estaba nada mal...
lo segundo elegir tema y hacer una maqueta a pequeña escala.


El tema elegido, los cuentos populares, que mezclé entre ellos
y a los que añadí algún personaje de cuentos de cosecha propia.


En un par de mañanas tenía todo planteado a lápiz.


Después del lápiz, cuatro mañanas dando color.



Y eso sí, con la ayuda de tres buenas amigas, GRACIAS (Arantza, Belén, y Soraya) así,
en mayúsculas, ya que sin ellas en lugar de una semana habrían sido cuatro dando color,
y además bien acompañado se trabaja mejor!


Para el último día solo quedaba perfilar con negro.


Teníamos lobos que devuelven la cesta a una enfadada Caperucita.
Tras ellos una tortuga boca arriba de la que pronto sabremos más...


Uno de los tres cerditos comiendo bocadillos de chorizo...





pájaros con escaleras rojas...



... brujas que vuelan tan alto que no entran en la pared
y hasta un cerdo que encuentra un zapato de cristal.

martes, 3 de noviembre de 2015

El proceso de La escalera roja

No todos los días me publican un álbum, no... definitivamente no. De modo que cuando sí que lo hacen, yo lo agradezco con un post de este tipo:


así empezó La escalera roja, con una idea que tuve mientras iba camino al taller de grabado y de la cual hice este cerograbado. Sin embargo, el tiempo que duró su realización, fue suficiente para saber que este pájaro guardaba una historia que tenía que contar.


Apunté un breve texto, que algo tiene que ver con el final, e intenté dotarlo de la estructura que debería tener si fuera un álbum ilustrado.



Lo dibujé todo muy pequeñito, luego lo escaneé y lo imprimí a un tamaño suficiente como para presentárselo a un editor. Una encuadernación en espiral y listo para las entrevistas.


Hubo varias personas (que a todas luces saben más que yo de estas cosas) que me hicieron tener confianza en los proyectos que llevaba en mi portfolio (M. Salisbury, Gustavo Puerta o mi amigo Guridi, entre otros).


Cargado de esa energía, llegó el día de la presentación e hice lo normal que hacemos todos en estos casos, interioricé el personaje de mi álbum y me presenté tal cual a las entrevistas con los editores de Ilustratour. En ese momento surgieron dos relaciones con dos editoriales a las que estoy muy agradecido por depositar en mí su confianza, en ambos casos a partir de una idea y poco más.
La primera relación, que ya conté anteriormente en este blog, terminó (o más bien comenzó) con la publicación de "Conducir es fácil" con Arianna de la editorial A buen Paso.


La segunda relación fue con Kalandraka, y ha terminado de comenzar este verano con la publicación de La escalera roja. Durante este tiempo, el pájaro y el conejo han ido madurando, he elegido la técnica, hemos cambiado el título y hasta hemos pensado durante varios meses la frase de una página... también he de confesar que algo he madurado yo, pues el proceso de este álbum ha supuesto para mí un ejercicio de reflexión en el mejor sentido de la palabra.


Unos cuantos storys después, ya casi sabía lo que iba a contar y cómo lo quería contar, aquello empezaba a tener una estructura y había que pensar en la técnica y en el color...  
La generación de la idea y su adaptación al álbum, es uno de los momentos que más me gusta de crear un álbum, lo paso bien viéndolo en pequeñito, cambiando, inventando nuevos giros o soluciones finales hasta encontrar la que más me gusta.



A veces surgían nuevas propuestas sobre la misma idea, como la de este vídeo, que envié a la editorial y que fue valorada durante un tiempo. A todos nos gustaba, pero finalmente su complejidad era tal que encarecía el producto hasta un precio que lo dejaba fuera del mercado.


Empecé a pintar los fondos y luego fui pasando a los diferentes elementos del álbum.




El conejo, con no ser el protagonista, ha conseguido hacerse con todo mi cariño.















Una vez que tenía todas las ilustraciones, llegó el momento de digitalizar, retocar y enviar a la editorial, que se encarga de colocar el texto y hacer el PDF definitivo.


Ya solo quedaba esperar a recibir la caja que tanta ilusión hace recibir, con unidades de este nuevo libro y finalmente presentarlo en sociedad ante el público más exigente, los niños, que dan sentido a esta profesión.


Muchas gracias a todos los que me acompañasteis el primer día, y a los que estáis viniendo a las presentaciones posteriores. ¡Es un placer encontrarnos!

jueves, 10 de septiembre de 2015

Ilustraciones que cuentan en la UFEL

Hace unos meses vino a verme uno de esos soñadores a los que les gusta soñar despiertos. Había adquirido su propio local y lo quería decorar. Conocía algún trabajo mío y sabía exactamente lo que quería: que yo se lo decorase, y me dejó hacer... ¡así da gusto!

Se trataba de decorar las paredes y las ventanas de la Universidad de la Felicidad...
¿que qué es esto?, muy fácil, sólo tenéis que entrar aquí ( http://ufel.es ) y lo veréis.
El tema era apasionante y unas pocas palabras clave fueron suficiente para captar mi interés profesional y también personal: felicidad, 6 sombreros para pensar, coaching, universidad, creatividad, innovación...

Lo primero: tomar medidas sobre el terreno y dibujar el plano a escala.
Veintiún metros lineales de pasillo color blanco, ventanas, despachos, etc.


A partir de ahí, en una mano los Seis sombreros para pensar de Edward de Bono
(recomendable) y en la otra lápiz y papel para ir apuntando las ideas que la lectura
me iba sugiriendo.


Cuando creo que tengo suficiente material para empezar, preparo un papel de 2 metros
para trabajar mi dibujo al 10% del tamaño final, y empiezo a volcar en él todas las ideas
tratando de contar una historia, algo así como un álbum ilustrado pero sin pasar páginas.


Una vez lo acabo a lápiz se lo muestro al cliente y si da su ok es el momento de pasarlo
a tinta con plumilla.




Terminados los dibujos del interior, repito el proceso para el diseño de los cristales
y el panel exterior.







Por último, la pared de su despacho. Dado que mi cliente es un apasionado de los gatos,
viaja a menudo y utiliza el método de los seis sombreros para pensar, traté de conjugar
todos estos datos para cargar de connotaciones este espacio más íntimo.



Tras digitalizar, retocar, etcétera, llega el día en que las ilustraciones toman color y las veo
a su tamaño. Me gusta estar a pie de obra para tener cierto control sobre el montaje,
es un momento emocionante. En un par de días estás rodeado por tus dibujos
y ya no es necesario imaginar cómo quedará.


Una vez acabado, lo que pretendo es que quien lo vea no aprecie solo motivos decorativos,
sino que intuya una historia subyacente y le genere un interés por conocerla o cuando menos
se anime a imaginarla.









Cuando cae la noche, los dibujos cobran vida con la iluminación a sus espaldas,
creando un atractivo reclamo visual para los peatones.


Por mi parte, solo me queda decir que en la UFEL ya me siento como en casa,
y no porque conozca cada detalle de sus dibujos, que también, sino por el carácter
del equipo humano que allí trabaja.